Un atlántico libre para nuestros niños y jóvenes
- Daniela Falcon
- 23 mar
- 2 Min. de lectura
Hemos observado en las últimas noticias cómo, en el departamento del Atlántico, las bandas criminales intentan cada vez más involucrar a nuestros niños en actos delictivos como la extorsión, el sicariato y el hurto. Esta realidad nos obliga a actuar con firmeza para proteger a nuestra infancia y garantizarles un entorno seguro donde puedan crecer con oportunidades y valores.
El Atlántico siempre ha sido un remanso de paz, pero recientemente hemos enfrentado una creciente inseguridad. En lo que va del año, se han registrado 180 homicidios, y muchas de las víctimas son jóvenes y adolescentes. Casos como el de un menor de 14 años asesinado de tres disparos o un joven de 18 años que perdió la vida nos demuestran la gravedad de la situación. Además, delitos como homicidio agravado, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, así como la extorsión en grado de tentativa agravada, afectan cada vez más a nuestra sociedad. Reconocemos la excelente voluntad del Secretario del Interior y del Comandante Departamental de Policía para actuar de manera pronta y eficaz en estos momentos difíciles. Sin embargo, la seguridad no es solo una tarea de las autoridades, sino un compromiso de toda la sociedad.
Por eso, hago un llamado a la Gerencia de Capital Social y a las dependencias correspondientes para que prestemos más atención a la creación de espacios sanos de convivencia para nuestros niños. Es urgente implementar programas que les brinden herramientas para salir adelante, alejándolos de la violencia y acercándolos a un futuro con mejores oportunidades. Queremos un departamento libre, donde nuestros niños no sean víctimas del crimen y puedan disfrutar de una niñez basada en el respeto, el cariño y el amor familiar. La instrumentalización de menores para cometer actos delictivos no solo les roba su infancia, sino que también causa un daño irreparable a la sociedad.
A pesar de las circunstancias actuales, el Atlántico es un departamento que siempre avanza hacia un futuro próspero, buscando la sana convivencia y mejorando la calidad de vida de cada uno de los atlanticenses. Nuestra meta debe ser convertir al Atlántico en el número uno del país en calidad de vida y oportunidades para la niñez.
Desde la Asamblea, trabajaremos para implementar programas que recuerden que los niños deben ser simplemente eso: niños. Queremos iniciativas que fortalezcan el núcleo familiar y fomenten un entorno positivo, evitando que más menores sean arrastrados a hechos lamentables. La niñez de nuestros niños debe ser sana, y es nuestra responsabilidad garantizarlo.
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